viernes, 18 de marzo de 2011

Pesadillas (2)

Volví a tener pesadillas. 
Pero esta vez, la parte atemorizante sólo vino hasta el final del sueño. Ni siquiera recuerdo la primera parte... solamente la última. Y aún así, todavía tiemblo al recordar incluso un poco.
Iba manejando, regresaba de la casa de un hombre que no conozco y venía del Paseo del Tec. Recuerdo que di vuelta a la izquierda en dónde está una tortillería y seguí derecho hacia la Gómez Morín. Me dirigía a mi casa.
De alguna manera extraña, no estaba consciente de que el camino que había tomado era el incorrecto.Di vuelta a la derecha en la Gómez Morín, sorprendentemente no venía ningún automóvil, porque había entrado en sentido contrario. Recuerdo los árboles de la placita de enfrente... y, en ese momento, un ruido muy fuerte me estremeció. Volteé hacia todos lados buscando la causa, hacia la izquierda, la derecha, atrás, arriba...Entonces lo vi, un avión gigantesco, que estaba teniendo un aterrizaje forzoso, venía directamente hacia donde estaba yo en mi carro. Metí reversa y me intenté alejar, pero era inútil... el avión venía demasiado rápido.

Lo vi todo en cámara lenta, el avión acercándose, la lámina del auto doblarse. Sentí el golpe del avión cuando se llevó de calle el auto. Escuché el chirrido del metal contra el asfalto.
Fue todo tan rápido. Tenía la seguridad de que iba a morir, aplastada, deshecha, irreconocible, seguramente muerte instantánea.
Por mi mente pasó dar las gracias, por poder dar ese paso con el menor dolor posible.

Sentí desesperación, desasosiego... No quería morir y, sin embargo, ahí estaba la muerte inminente frente a mí.

Todo se oscureció. Nada se escuchaba. Nada se veía. Nada se olía. Nada se sentía.

Había muerto.
Y desperté.




Así que así es la muerte. Simplemente vacío...

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