martes, 30 de septiembre de 2014

Quiero ver

Una grabación muy mal hecha. Pero hecha, a fin de cuentas. Torturen o deleiten sus oídos. Eso ya no depende de mí. Los quiero.

Audio

Sólo un tip: Bájenle a las bocinas. Ya no me quedaron ganas de moverle a la amplificación.


Y ya que estamos aquí: volví a subir un video de hace mucho tiempo. He aquí su dirección.

Hurt - Un momento verborreico

Cross your heart and hope to die

Borraba fotografías, una tras otra. Borraba recuerdos, que sé que en poco tiempo ya no estarán ahí.

Fotografía de azules y amarillos. Borrar. Imagen de un beso. Borrar. Imagen de una fiesta. Borrar. Video de esa fiesta. Borrar. Grabación de audio. Borrar. Carta. Borrar. Video de una canción de café tacuba. Video de un ser de ojos tristes tocando la guitarra y cantando en su casa... Video de una canción de café tacuba. Video...

Copiar. 

Recuperando los datos de un disco duro desahuciado, me di cuenta de que no puedo destruir ese último pedazo de lo que fue mi corazón. A pesar de haber destruido todo lo demás, ese último pedazo se resistió como un héroe. O un villano. 

Quizá me resulte contraproducente. ¡Vamos, ya prácticamente me consideraba libre! Quizá yo sola me estoy atando. No, no es un quizá. Yo sola me estoy atando. Mi única esperanza para desatarme es ir a ese disco duro, a esa memoria, y eliminarla de una buena vez. Lo haré... algún día. Hoy es simplemente demasiado doloroso. Ya mañana será otro día. 

martes, 23 de septiembre de 2014

Formalidad

Si lo dice Facebook y Yang lo bendice con su lengüilla,  entonces quiere decir que es oficial...
Esta lengüilla,  ¿A poco no es adorable?
Me caso.

sábado, 20 de septiembre de 2014

Plática en la sala de espera

Hace mucho tiempo, fui un pollito. No recuerdo cuánto... justo ahora me puse a recordar. Acabo de regresar a este lugar y me acordé de mis pocos días como pollito.
No sé por qué no podemos recordar nuestras formar cuando estamos ahí... al menos yo nunca he podido. Sólo las recuerdo aquí,  cuando estoy escogiendo una nueva forma.

Hace mucho tiempo, fui un pollito.
Me separaron de mi mamá  y me pusieron en un lugar pequeño,  amontonado con otros como yo. Yo ya no me sentía bien, no estaba a gusto. Incluso la comida me sabía feo.
Un día,  fueron mis papás adoptivos a ese lugar y me rescataron de ahí. Me echaron en una bolsa café,  junto con otro hermanito.
Recuerdo cuando mi mamá me agarraba. Parecía que tenía miedo de que me fuera a caer. Ella no tenía plumas, ni alas, ni pico, pero estar con ella se sentía bien. Era amable y me dejaba dormirme pegado a su piel.
Yo estaba muy cansado, sólo quería estar dormido. Mi mamá intentaba darme agua y algo amarillo que sabía rico. Pero yo tenía muchas náuseas. Mi hermanito sí comía mucho y seguido me molestaba. Estaba quedándome dormido y me picoteaba o me quitaba restos de comida que se me habían quedado en el pico o en las alas. Le gustaba mucho jugar. Yo también quería jugar, pero estaba cansado y tenía frío.

Al día siguiente, estaba tan cansado que ya no quería abrir los ojos. Sentí que me levantaban, pero yo ya no podía moverme. Tenía hambre. ¡Vaya que estaba hambriento! Pero no siquiera podía ver dónde estaba la comida. Sentí agua en el pico... y esa cosa amarilla después,  pero me dio tanto asco que lo vomité todo. Me di cuenta que me limpiaron el pico y me sacaron los moquitos, con lo que pude respirar un poquito mejor, pero no mucho.
En un momento de fuerza, abrí los ojos y vi a mi mamá sin plumas. Se veía preocupada y hacía sonidos que no pude entender.
Inclinó su cabeza, sentí su respiración calientita. Yo tenía mucho frío.  Y hambre.
Escuché de nuevo los sonidos que ella hacía, muy suaves, muy quedos.  Se me quitó el hambre, el frío y el cansancio.

Y regresé aquí.

Esto que te platico fue hace ya tiempo, no sé cuánto. Pero me gusta recordarlo.
Con el tiempo entendí los sonidos que ella hacía y las cosas que decía. Entendí que, al final, me dijo:
"Tranquilo,  todo va a estar bien. Pronto podrás volver a nacer y olvidar este dolor. Perdóname por no haberte podido ayudar. Respira tranquilo, alma de Dios, y vete en paz."

Me dijeron que después que regresé dijo más cosas. Y que me puso en un hoyo en su jardín,  bajo los girasoles. Eso no lo recuerdo, pero les creo.

Ahora estoy aquí , esperando volver a tomar forma. Esta vez me gustaría ser un niño humano. Y me gustaría que ella fuera mi mamá.  Sé que ella me reconocería.

Ya me llaman, tengo que irme.
Deséame suerte.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Sueños necesarios

- Oye... ¿tú recuerdas tus sueños?
- Algunas veces, ¿por?
- ¿Y has tenido sueños raros?
- Ja... pues algunos. ¿Por qué lo preguntas?
- Porque estos últimos días he tenido sueños muy raros. Primero soñé que una chavala que me odiaba estaba en barandales.  Y yo estúpidamente quería ayudarla.
- ¿Pero te odia en la vida real o sólo en sueños?
- Pues la verdad no sé si me odia, sólo la conozco de oídas.  Pero creo que sí.
- ¿Y tú la odias?
- Pues no la quiero mucho, precisamente. Pero no puedo odiarla.
- ¿Cómo que no puedes odiarla?
- Pues... ya ves, que no se me da eso de la empatía.  Normalmente termino poniéndome en sus zapatos.  Pero, bueno, ese no es el punto. Mi sueño terminaba en que ella en cierto modo aceptaba mi compañía. Y pues ya no recuerdo muy bien que pasó,  eso fue hace un par de días.  El sueño horrible fue ayer. Soñé que alguien que quiero mucho me traicionaba de la manera más horrible posible. Se acostaba con mi mamá.
- ¡Ah la chingada! ¿Con la Doña?
- Sí... y yo me enojaba muchísimo. No tienes idea. Principalmente porque no sólo me estaba traicionando a mí,  sino a muchas otras personas.
- No manches, que sueños más pinches locos tienes... deberías de hacerlos una novela.
- Y espera, todavía estoy enojada por ese sueño. Tanto, que ahorita no quiero saber nada de él. Por mí que se vaya a freír monos.
- Achis, pero no te hizo nada  en realidad, ¿no? Sólo soñaste con esa situación.
- Sí,  lo sé... pero, demonios,  no lo puedo explicar.
- Entonces déjame ver si entendí bien. Por tus sueños quieres a la persona que no te quiere,  y odias a alguien a quien querías.
- Algo así.
- Mmm. Bueno, algunos creen que los sueños nos pueden ayudar a sanar. Yo sólo espero que nunca sueñes conmigo.
- Ja... yo no estaría tan confiado.

sábado, 13 de septiembre de 2014

Despedida

Me enamoré perdidamente de una polaca.   Me enamoré y sigo encantada. También me enamoré perdidamente de una suiza, de una holandesa y de una alemana. La suiza era simplemente fantástica.  Todo de ella era interesante. Todo era hermoso. Simplemente bellísima. La más ordenada de todas, la más cuidadosa, la más amable... y extremadamente tímida. La polaca, por su parte, también era preciosa. Tan  tranquilamente conservadora. Tan generosamente atenta. Tan sorprendentemente parecida a nosotros. Tan tiernamente necesitada de atención. Al principio fue un poco difícil lograr que tuviera confianza, pero una vez que abrió sus puertas, la conexión fue intensa, emocionante... maravillosa. Se dejó ir a raudales, mostrando uno tras otro sus tesoros. La holandesa era relajada... fresca. Tolerante y divertida. Adoraba las fiestas como ninguna otra, aunque lograba un adorable equilibrio entre orden y espontaneidad. Graciosa y nada tímida... era la más accesible de todas. Pero la que se llevó mi corazón, por encima de todas... fue la alemana. No puedo expresar la sensación de pérdida que tengo ahorita al no poder verla. Era... maravillosa. Espectacular. No tan bella y ordenada como la Suiza, tan tolerante como la holandesa, ni tan completamente compatible como la polaca. Pero era simplemente la más especial de todas. Con unas ansias interminables de crecer. Una fuerza vital intensa, aunque tranquila. Una forma de comunicarse esplendorosa. Una disposición completa a conocer más.  Mesurada y amable, abierta y cerrada al mismo tiempo. Guarda un tesoro en su interior al que no es fácil acceder. Pero, si sabes cómo abordarla, puedes sentir como poco a poco te va mostrando sus secretos... si simplemente te acercas lentamente sin juzgarla. Es vulnerable y fuerte. Es contrastante. A todas las extraño.  De todas me enamoré. Y a todas creo volverlas a ver. Estar en ellas. Pasearme por sus calles. Descubrir sus callejones, sus costumbres. Nadar en sus lagos y vestir sus tradiciones. Compartir su lenguaje y conectarme con ellas. Esas ciudades robaron mi corazón... aunque a la mitad no las conozca en persona.

martes, 9 de septiembre de 2014

Facebook sucks

Ja, una de las razones por las que procuro no utilizar Facebook:

La gente piensa que por escribir algo en Facebook (una felicitación,  buenos deseos, una queja, etcétera) inmediatamente lo saben todos su amigos y en particular la persona a la que se etiquetó. Y muchas veces se olvidan de hacer eso mismo que publicaron en persona. Puaf. Eso lleva a situaciones muy incómodas,  como en la que estoy ahorita. ¡¡Yo no quería que mis conocidos se enteraran de algo que me está pasando por medio de Facebook!! Vaya,  totales desconocidos me mandan felicitaciones, mis conocidos me preguntan que porqué  no les había dicho... y lo peor es que son anuncios con palabras súper cursis. Ash.

Y bueno, me quejo aquí,  aunque después le diré a mi familia que no haga eso. Especialmente no adelantarse a las noticias ya definitivas.

¿Pues qué fue lo que pasó?

Fácil.  Andaba de viaje, pero no diré la razón ni el porqué hasta que tenga seguridad. Creo en muchas cosas, pero una de esas no es hacer anuncios prematuros. Eso nunca funciona.

Mejor, espero a que me den una resolución definitiva. Y espero que todo salga bien. Todo sale bien al final.

Condena

Te condeno a una vida de tranquilidad.

Por el daño que has causado inconsciente y conscientemente. Por que tus errores te han traído mucho dolor y sufrimiento, te condeno a ser feliz. Porque sé que antes de tus errores,  fuiste muy feliz. Porque es imposible sufrir mucho sin antes haber disfrutado igual. Por eso, te condeno a una eternidad sin altibajos. A una eternidad de felicidad y complacencia.

Te preguntarás cómo es ése un castigo. Bien, eso es fácil de responder. Tu condena será un irremediable olvido, un infructuoso intento de recordar. Olvidarás tu experiencias. Olvidarás tus amistades y tus relaciones. Olvidarás lo mucho que te esforzaste para llegar a donde estás. Aunque intentes mantener tus recuerdos con videos, fotografías, escritos, detalles, eventualmente guardarlos será en vano. Olvidarás  el porqué de tus acciones. Olvidarás a la gente que amas, que amaste y que te amó.  Olvidarás sus atenciones, gustos,  actitudes... incluso la forma de sus ojos.  Serán para ti borrosas imágenes en la inmensidad de tu fallida memoria. Y eso te hará estar feliz. Porque no recordarás el sufrimiento ni las alegrías. La sensación de llorar por alguien, el arrepentimiento de haber obrado mal y dañado a alguien. La importancia que tienen y tuvieron tus relaciones. El primer beso... y último.  Todo lo olvidarás. Sin embargo, al observar a las personas que te rodean, sabrás que hay algo raro contigo. Sabrás que estás condenada a olvidar, porque verás las emociones de los demás... y estarás celosa. Y luego eso también lo olvidarás y pensarás que tu vida es perfecta,  que no le falta nada.

Esa es la belleza de tu condena.

Te condeno a vivir en una ilusión.  Te condeno a vivir en el presente involuntariamente. Te condeno a recuerdos esporádicos,  a llorar sin razón. Porque alguna parte de tu cuerpo lo recordará.  Algún aroma, algún sonido, algunas palabras o algunas imágenes te traerán la consciencia de lo valiosa que fue tu pérdida. Te condeno a brillar eternamente, condenada a repetir lo que no sabes,  a memorizar sin esperanza.  Te condeno a una felicidad superficial, a ser un punto brillante en la oscuridad.

Te condeno a ser eterna, mi amada mente sin recuerdos.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Eterno

Quiero tener confianza, quiero estar tranquila. Quiero poder dormir... Falta tan poco y se siente como una eternidad. Estas horas se me están haciendo eternas.