sábado, 10 de enero de 2015

Confianza

Aún no puedo decirte muchas cosas, no vienen fácilmente a mi cabeza (o mi cabeza no funciona igual que antes, en fin). Definitivamente no creo ser como las otras mujeres, por lo cual no entiendo muy bien tu decisión pero la agradezco de todo corazón. Lo que sí te puedo decir es que has venido a voltear mi mundo de cabeza y me has hecho cuestionar mis ideales. (Lo siento, olvido que no sabes cuáles son...) En pocas palabras, mi ideal principal sería la confianza. Confío en otras personas, confío en que todo va a salir bien al final, independientemente de lo que suceda. Confío en que las decisiones que tome serán las mejores y confío en que las cosas suceden por algo. También confío en que siempre obtengo lo que deseo y, si no lo obtengo, es porque posiblemente no lo deseaba realmente o no era lo mejor para mí.

Afortunadamente, hasta el momento la vida ha ido acorde a mis creencias, ¡y vaya que son creencias difíciles de mantener! Para empezar, confiar en que las personas son buenas por naturaleza y que siempre va a haber alguien que me ayuda, es desafiar el pesimismo que actualmente ronda la conciencia social. Sin embargo, siempre ha sido así. Bueno, la mayor parte de las veces. Si ahorita quisiera recordar a alguien que me haya querido hacer daño a propósito, no podría recordarlo. En este momento, solamente recuerdo lo bueno que me ha pasado. Realmente, la gente me ayuda cuando lo necesito, incluso sin que yo lo pida. Me preguntan si estoy perdida (cuando realmente lo estoy y me da cosa preguntar). Me ofrecen "aventón" cuando es noche y el camino es peligroso o cuando estoy demasiado cansada para seguir andando.  Me regalan ropa cuando no tengo dinero para comprarla o estoy en un país frío sin la ropa adecuada  (y comprarla me saldría terriblemente caro). Me dan comida cuando tengo hambre. Me dan abrazos cuando estoy triste. Y me dan su amistad fácilmente. No sé por qué pasa eso. ¿Por qué la gente confía en mí? Muchas veces me dan toda esa ayuda sin que yo la pida. Justo en el momento preciso.

Tampoco entiendo las demás cosas en las que se basa mi confianza, como en que siempre obtengo lo que deseo. Y sin embargo, así ha sido siempre. Desde que tengo memoria. Si realmente deseo algo, siempre lo obtengo o lo hago. Cuando no sucede así (o sea, cuando no obtengo algo o no puedo cumplir una meta) en vez de enojarme con el mundo y reclamar por qué no se cumple mi deseo, me pregunto cuál es la razón por la que no está pasando. Invariablemente, descubro que realmente no lo deseo (o no con la intensidad suficiente) o que hay algo mejor esperando. O simplemente descubro que era una mala idea. Claro, darme cuenta a veces toma algo de tiempo.

Hay algo más que también me extraña... y que siento raro decirlo o escribirlo incluso aquí. Sé cuando algo va a pasar. Por ejemplo, cuando estaba aplicando a los doctorados, de repente tuve la seguridad de que si aplicaba a ese doctorado, tendría que decidirme entre dos ofertas. Y recuerdo haber pensado: "Demonios, eso va a ser muy estresante". Y en ese momento, no tenía ni una sola oferta.
Y bueno, realmente sucedió así. Tuve un periodo muy estresante de aproximadamente un mes, en el que medio olvidé mis ideales y la necesidad de elegir entre ambas ofertas me causaba muchísima ansiedad. Hasta el momento en que recordé mis creencias y me dejé llevar.

La última que recuerdo, es que había pensado dejar de buscarte cuando brincara el charco. Por que iba a ser complicado, muy complicado estando acá. Pero desde antes, desde abril, quizá... tenía la certeza de que te habría encontrado para cuando brincara ese charquito. Lo sabía, simplemente. Que cuando me subiera al avión, ibas a estar ahí. Que iba a llegar contigo. Por eso no me sorprendí tanto cuando confirmé mis sospechas. Y de ahí proviene el hecho de que estés amenazando mis ideales.
A pesar de que por fin encontrarte y bajo las circunstancias en las que sabía que sucedería... a pesar de eso, ya no sé si seguir con mi idea de que lo que sea que suceda, será lo mejor. Porque ahorita realmente estoy inclinada hacia una opción. Sé que el otro camino me pondría muy triste y que renegaría de mis ideales. En este momento, deseo hacer todo lo posible por que suceda. Sin embargo, el miedo de que no lo desee con suficiente intensidad está ahí.

Deseo que estés aquí, más vivo que nunca. Deseo enfocar todo mi ser en tu bienestar. Deseo que todo esto no sea en vano. Deseo... deseo que llegues a mis brazos. Deseo procurar tu bienestar, cuidarte, guiarte en la medida de lo posible. Deseo ser capaz de ayudarte a crecer.

Disculpa que tenga que ser tan difícil para ti. Sé que es difícil. Lo sé. No sé por qué, pero sé que estás batallando. Estoy quebrada, rota. Intentando repararme desde hace un poco más de dos años. Y muchas veces me pregunto si ha sido lo suficiente para poder ayudarte y no estorbar tu desarrollo. Se me antoja tan poco tiempo...

También noto que estoy llegando al borde de mis reservas. Realmente te estoy entregando todo mi ser. Y lo hago con gusto. Si, a pesar de eso, decides no seguir este camino, estaré quebrada más allá que lo que he estado alguna vez. Por que, definitivamente, todo te lo estoy dando. Sé que no dejo suficientes recursos para mí. Pero está bien. Sea cual sea tu decisión. Si decides ocupar el espacio que te estoy preparando, está bien. Si decides no hacerlo... espero que también esté bien. Quiero confiar en que lo estará.

Te quiere,

Mami.


No hay comentarios:

Publicar un comentario