lunes, 19 de mayo de 2014

Cuerpo

Justamente cuando empiezo a pensar que ya te estoy entendiendo, haces algo para confundirme.  Cuando creo que por fin estamos conectados, me doy cuenta del peor modo posible que todo fueron ilusiones mías.

¿Por qué no puedo entenderte? Yo sé que tú no tienes la culpa, tú solamente reaccionas. Reaccionas a lo que yo te doy, a lo que hago. Sin embargo, el malentendido de esta ocasión es más difícil de sobrellevar.

Sé que no eres el culpable de que yo llorara, y a pesar de este problema, te quiero. Y sigo manteniendo mi compromiso de cuidarte y respetarte. Sólo me siento impotente.

Sin embargo, gracias por la ilusión. Ha sido el mejor regalo que he recibido hasta el momento. Aunque al final haya sido una confusión, pensar que podría cumplir mi sueño de ser la promotora de una nueva vida fue extasiante.

Seguir cuidándote. Seguiré amándote y respetándote. Para que pueda llegar ese día en el que no sean falsas esperanzas, sino una realidad. El día en que pueda decir: "Por fin he entendido a mi cuerpo, y hemos hecho las paces. Ahora tenemos un objetivo en común".


No hay comentarios:

Publicar un comentario