martes, 13 de agosto de 2013

Madre

Cuando estabas aquí, no supe apreciarte. Incluso te lastimé un poco.
Te quiero más que a nada en el mundo. Y ahora siento muchísimo tu ausencia. Justamente cuando más te necesito. Pareciera a propósito, que cuando te vas es cuando me doy cuenta que lo mucho que me ayudabas, con el simple hecho de estar presente.



Pero tu esencia se queda conmigo. Esa alegría, esa forma tan relajada de ver la vida. Es con el recuerdo de los buenos momentos que pasamos juntas aquí que me quedo tranquila.
Y me sigues ayudando, aunque no sea de forma presencial o tangible. Tu influencia ha marcado fuertemente este tiempo. Tu olor aún está coqueteando con mis sentidos y tu risa sigue resonando en mis oídos.

Gracias

No hay comentarios:

Publicar un comentario