jueves, 30 de agosto de 2012

Algo más que terapia

Ayer regresé al coro, a ensayar una ópera que se va a presentar en Noviembre.
Me sorprendí como todo pasó a segundo término.

¡Por fin volvía a cantar!

La sensación de recibir una nueva partitura es indescriptible, descifrarla, analizar sus recovecos, sentirla... No puedo expresar ni la tercera parte de mi felicidad.
Me sentía como un drogadicto al que le dan un poco de su adicción.  Un alivio en ese horrible síndrome de abstinencia.

De repente nada tiene importancia. Esos momentos son mi vida, son mi fuerza.

No sé como puedo soportar tanto tiempo sin cantar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario