lunes, 24 de marzo de 2014

Derivada de Mimo respecto al tiempo.

"Las mujeres nos inspiran a realizar grandes obras, pero son ellas mismas las que nos impiden hacerlas" - Oscar Wilde

Leo lo que escribí hace años  y me pregunto si he cambiado.  Supongo que sí, pues las sensaciones y sentimientos que en ese entonces llenaban mis frases ahora se me antojan pueriles, a pesar de que recuerde muy bien lo que sentía (lo cual es toda una hazaña, mi cuerpo no me deja tener muy buena memoria, y mucho menos conmigo desvelándolo por escribir). 

Soy más... ¿aburrida?   Espero que no. Más seria, definitivamente. Me ocupo en otras cosas y tengo nuevas prioridades. El amor es algo completamente distinto ahora, no ligeras obsesiones marcadas con un deseo extremo de conectarse con alguien. Soy fiel sin siquiera proponérmelo. Quizá él me está ayudando, con su silencio y su pragmatismo. Quizá el hecho de que se aferre con tanta insistencia a la realidad y la practicidad me ayuda a no levitar tanto mientras sueño. O también puede ser que mi forma de pensar haya cambiado como resultado de haberme expuesto a tanto sufrimiento y enfermedades serias. Dicen que ese tipo de experiencias moldean a las personas. Otra posibilidad es que como ya he empezado a sanar, mi cuerpo y mi mente están mejor que hace algunos años. O también que estoy envejeciendo. Quiero con todas mis fuerzas cumplir mi rol de mujer en esta sociedad. 

He tenido varios blogs, todos con diferentes títulos, pero son comunes los que comienzan con "el país" o tienen alguna frase similar. Posiblemente sea porque son los espacios en los que dejo libre a mi gigantesco ego para que se pasee y esté a gusto, su propio país. De repente alguien lee lo que escribo, de repente nadie. A veces comparto los links, a veces no. Muchas veces lo que escribo ni siquiera tiene estructura... y está escrito totalmente en primera persona. No pretendo ser escritora, sólo me gusta escribir. Que lo hago del asco... es probable, depende del punto de vista. 

No dejan de sorprenderme esos cambios. 
¡Con una chingada, soy fiel!   (Sonidos de ahogo, ojos en blanco, caras de sorpresa...)

Tampoco puedo dejar de enfatizar en eso... me enorgullece, me sorprende, me gusta, me llena, me convence. Claro, soy una hija de su...    Exigente, mandona, desesperada (y desesperante), voluble, inconstante (y muchas otras cosas más... si las empiezo a enumerar me voy a deprimir), pero por fin he cambiado algo que pensé que nunca iba a cambiar. Y fue como dejar el cigarro. Así nada más. Debería de dejarle una notita en el refrigerador todos los días agradeciéndole... pero eso creo que es demasiado cursi para mí. Aunque he cambiado tanto, que realmente estoy considerando hacerlo.

Definitivamente he cambiado. Y como todo sale bien al final, sé que es para bien. 
Gracias.

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